

D.O. Azafrán de La Mancha
El azafrán fue introducido en España durante el periodo musulmán. Desde entonces, existe un fuerte vínculo histórico de su cultivo en la región manchega patente en las múltiples manifestaciones culturales que son tradicionales de esta zona. El cultivo del azafrán ha dado lugar a un vocabulario propio de gran riqueza, también presente en manifestaciones del folklore típico de la región.
Desde el punto de vista físico, el Azafrán de La Mancha se distingue fácilmente porque los estigmas rojos sobresalen claramente de la flor y por tener muy poca longitud del estilo.
El Azafrán de La Mancha con Denominación de Origen será siempre azafrán de la cosecha, ya que con los años pierde calidad, y se presentará al consumidor únicamente en hebra, nunca molido. Las hebras serán flexibles y resistentes con los estigmas de color rojo vivo brillante. Organolépticamente se caracteriza por ser muy aromático y por la ausencia de sabor astringente.El proceso de elaboración, que consiste en el desecado mediante tostado a fuego lento, en lugar de secado al sol parece ser el responsable de que el producto tenga una mejor presencia, un intenso aroma, mayor contenido en safranal y poder colorante.
Estas características físicas, químicas y organolépticas son el resultado del medio natural, de las condiciones de cultivo y del proceso de elaboración típicos de estas tierras manchegas.
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